Ahora con un descuento especial solo por un tiempo limitado. No dejes pasar esta oportunidad ¡Consíguelo ahora!
Hace unos días compartíamos el primer consejo práctico para hablar en público del libro 33 consejos prácticos para hablar en público, hoy te traemos el consejo número 2.
2. Define el objetivo de la presentación
“Comienza con el fin en mente” Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Stephen Covey
Antes de comenzar a preparar el contenido de tu presentación es importante, que definas cuál es el objetivo de la presentación. ¿Qué quieres conseguir con tu exposición? No es lo mismo preparar una presentación para entretener a los invitados de una ceremonia, que para informar sobre los últimos resultados de la empresa.
Nuestra presentación se podría ajustar a uno de estos 4 objetivos generales:
- Entretener. Cuando el único objetivo es mantener entretenido a nuestro público. Puede incluir información o inspirar, pero nuestro objetivo último es entretener. Por ejemplo, contar una historia a un grupo de amigos o hacer un brindis en una celebración familiar. En el último caso, el objetivo también podría ser inspirar. Tú decides cuál es tu objetivo principal.
- Informar. Cuando presentamos información de cualquier tipo. Nuestra intención es simplemente informar a la audiencia. Por ejemplo, presentaciones sobre los resultados de la empresa o cuando estás impartiendo formación. Puedes incluir elementos de persuasión o inspiración, pero el principal objetivo es informar.
- Persuadir. Cuando lo que esperas con tu presentación es que tu audiencia haga algo después de escucharte. Por ejemplo, en presentaciones comerciales, de ventas, mítines políticos….
- Inspirar. Cuando el principal objetivo es provocar que el público piense, tocar sus emociones, provocar un cambio en su conciencia. Por ejemplo, los discursos motivacionales. En muchas ocasiones incluyen elementos de los discursos persuasivos y se pueden confundir. Ten presente cuál es tu objetivo último, ¿persuadir o inspirar? Es diferente. ¿Quieres provocar un cambio de conciencia en tu audiencia? ¿O quieres que hagan lo que propones (por ejemplo, comprar un producto, votar por tu propuesta…)?
Ten siempre presente el principal objetivo de tu presentación. Puedes utilizar elementos de otros objetivos en tu exposición, pero nunca pierdas de vista cuál es tu objetivo último.
Pongamos un ejemplo: presentar los objetivos de marketing de la compañía para el año próximo. El objetivo principal de la presentación puede ser informar a la audiencia, a los compañeros de otros departamentos. También incluiré una parte de mi discurso para persuadir al público, para que apoye y colaboré en la consecución de estos objetivos. Si el objetivo principal es informar, gran parte de la presentación será la presentación de información y datos, y dedicaré sólo una pequeña parte a persuadir buscando la colaboración.
Sin embargo, si mi principal objetivo es persuadir a la audiencia para que colaboren en la consecución de mis objetivos, la presentación será muy diferente. En lugar de incluir tanta información apelaré a la importancia de su colaboración, a los beneficios que obtendrán, etc.
Una vez definas cuál es el objetivo principal, define cuál es el objetivo específico. Para ello debes responder a la pregunta: ¿concretamente qué es lo que quieres conseguir con tu exposición?
En el ejemplo anterior, si el objetivo general es informar, el objetivo específico podría ser “presentar los objetivos del departamento de marketing para el próximo año”. Si optamos por un discurso persuasivo, el objetivo específico podría ser “conseguir la colaboración de otros departamentos para la consecución de los objetivos anuales de marketing”
Si preparamos un brindis para la boda de nuestro mejor amigo, nuestro objetivo específico puede ser “divertir al público con anécdotas que nos han sucedido juntos”, si el objetivo general es entretener a la audiencia. Si nuestro objetivo es inspirar, el objetivo específico podría ser “provocar emociones positivas sobre lo bonito que es el amor”. En este discurso también podríamos incluir anécdotas, pero las orientaríamos a provocar esta emoción.
Si tienes que poner un título a tu exposición, no utilices el objetivo específico como título. El título de una conferencia debe evocar cierto interés y curiosidad. El objetivo específico es una frase para que tengas presente en todo momento cuál es tu objetivo. Y en muchos casos revela y anticipa demasiado a nuestra audiencia sobre lo que vamos a exponer.
Por último, pero no por ello menos importante, vamos a definir qué emociones queremos provocar en el público (alegría, optimismo, amor, enfado, tristeza, miedo, sorpresa, confianza…) Queramos o no, con nuestras palabras provocaremos emociones en los que nos escuchan. Incluso aunque nuestro discurso sea informativo, generará ciertas emociones en los oyentes. Por ejemplo, si estamos exponiendo los resultados de la empresa, la audiencia puede sentir confianza, optimismo, sorpresa o ira. Dependiendo de qué comuniquemos y de cómo lo comuniquemos.
Las personas somos seres emocionales. Las emociones influyen en lo que interpretamos y en lo que recordamos. No dejes al azar la emoción que tu discurso provocará en la audiencia. Parte con el fin en mente. Determina que emociones quieres que sienta tu audiencia al escuchar tu discurso.
Podrás transmitir diferentes emociones a lo largo de tu discurso. En esta fase, determina cuál es la emoción general que quieres transmitir a tu audiencia. La emoción con la que quieres que recuerden tu mensaje.
Definir nuestros objetivos (objetivo global, objetivo específico y emociones que queremos transmitir) antes de comenzar a preparar nuestro discurso, será nuestra guía para orientarnos. Sabemos a dónde queremos llegar, fundamental para escoger el camino.
-¿Podría decirme, por favor, qué camino debo tomar?
-Eso depende de a dónde quieras ir -respondió el Gato.
-Lo cierto es que no me importa demasiado a dónde… -dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa demasiado en qué dirección vayas -contestó el Gato
Alicia en el Pais de las Maravillas. Lewis Carroll.
Los objetivos del discurso son el destino del viaje, en el que seremos los guías de nuestra audiencia.